miércoles, 18 de mayo de 2016

ÁFRICA


CONTEXTO HISTÓRICO
OCUPACIÓN DE ÁFRICA.
En el siglo XX, áfrica sufrió la ocupación europea, la cual fue extraordinariamente rápida. En 1879, el 90% del territorio todavía estaba gobernado por africanos, pero en 1914 las consecuencias de la ocupación alcanzaron a la mayoría de los africanos. Fueron dos circunstancias las que hicieron posible esta rápida ocupación. Primero, la utilización de la quinina (alcaloide natural con propiedades antipiréticas, antipalúdicas y analgésicas) como prevención contra el paludismo, enfermedad transmitida por mosquitos que hasta entonces mataba a la mitad de los europeos que residían en África. En segundo lugar, las nuevas armas de fuego, como el fusil de repetición y la artillería de campaña, que conferían a los europeos la posibilidad de intimidar y enfrentarse con éxito a ejércitos más numerosos.
El repentino interés por el continente vino determinado por la unificación alemana e italiana. Tras la guerra franco-prusiana de 1870, en la que Francia resultó derrotada, el escenario de la rivalidad europea se trasladó a África, donde Alemania dio batalla diplomática para controlar a sus rivales y tenerlos ocupados lejos de sus fronteras.
En la conferencia de Berlín (1884-1885) se realizó el reparto de tierras con el pretexto de acabar con el comercio de esclavos. En esta se confirmó que, para legalizar la ocupación de un territorio, tenían que presentar pruebas de una ocupación real. A consecuencia de esta ley, aparecieron numerosas expediciones con el fin de pactar acuerdos con las autoridades locales, recurriendo al enfrentamiento sólo en casos extremos.  Los protagonistas de esta primera fase de la colonización fueron, además de los militares, los misioneros y los comerciantes. En 1914, el primer reparto del continente quedó configurado. Los territorios determinados por franceses, ingleses, alemanes, portugueses y belgas parecían fruto de un juego de estrategia.
Tras la ocupación, disminuyó la actividad europea en África, sobre todo los lugares en los que las expectativas de beneficio inmediato eran escasas. Los franceses adaptaron sus propias formas organizativas, mientras que los ingleses aprovecharon las relaciones de poder establecidas a través del llamado gobierno indirecto. El número de funcionarios por habitante era mucho mayor en el sistema francés. En cualquier caso, esos primeros gobiernos coloniales se limitaron a ejercer sus funciones al menor costo posible: mantener el orden, recaudar impuestos, obligar al trabajo y administrar la ley. En esta época, la economía dependía de la iniciativa de empresas particulares.
Algunas zonas se convirtieron en productores especializados, como el cacao en Costa de Oro o el aceite de palma en el Congo Belga. En el este y en el sur florecieron las grandes granjas agrícolas y ganaderas. El ferrocarril, que reducía los costes de transporte en un 95%, también significó un fuerte impulso económico allí donde se construyó. Otra gran fuente de riqueza para los europeos fue la explotación de minerales: diamantes en Suráfrica, oro en Rodesia y Ghana y estaño en Nigeria.
La situación de los colonizados mejoró algo al ser objeto de mayor atención. El progreso general de la medicina provocó que entre 1920 y 1950 la población pasará de 142 a 200 millones de habitantes. Asimismo, la introducción de los vehículos a motor en los años veinte, en especial camiones, aumentó la movilidad de la gente y las mercancías.
En los dominios portugueses, el trabajo forzoso hacía que la vida de angoleños y mozambiqueños se diferenciaba poco de la esclavitud, mientras que en otras regiones la agricultura extensiva proletarizó a la población, con el agravante de que se acapararon las mejores tierras de labor para esos cultivos de exportación. Por otro lado, la situación de los europeos en países como Argelia, Kenia, o Rodesia empeoraría las cosas llegada la hora de la descolonización.
SENTIMIENTO NACIONALISTA
La invasión de las tierras africanas, las duras condiciones de trabajo, las injustas leyes de los colonos, su sistema social discriminatorio y sus abusivos impuestos, provocó que entre los nativos se creará un resentimiento hacia los europeos. De esta manera, durante el siglo XX, nació el nacionalismo africano.
El nacionalismo africano empezó a constituirse desde los primeros tiempos de la colonia. Los Kikuyu (tribu africana) se refugiaban en los bosques, lejos de los territorios de caza de los blancos, y se organizaban en sociedades desconocidas por la administración colonial. En la década de los 20 nacieron distintas organizaciones políticas, como la Asociación del Este de África, la Asociación para la Prosperidad de los Contribuyentes de Kavirondo y la Asociación Kikuyu.
El comienzo de los años 30 supuso la generalización de las protestas por todo el país, así como el crecimiento del activismo político por parte de los nativos.
Con el estallido de la 2ª Guerra Mundial, muchos africanos fueron reclutados para combatir en las filas de las tropas aliadas. Los kenyatas descubrieron entonces la vulnerabilidad de los europeos, que luchaban y morían como ellos. La participación de los africanos en grandes gestas bélicas sirvió para alimentar su dañado orgullo como pueblo. Al regresar a casa, los africanos comprobaron que las condiciones de vida en sus hogares, eran peores que las que habían encontrado en los barracones de campaña.
La tendencia violenta iba ganando seguidores con cada nueva acción brutal de la policía. Los primeros grupos organizados eran en un principio bandas de delincuentes que controlaban el tráfico de alcohol y drogas. Estos grupos, que conocían los métodos del crimen organizado, recibieron la inspiración política de los veteranos Kikuyu, y en 1946 se constituyó en Banana Hill el 'Forty Group', que bajo la dirección de Fred Kubai y Bildad Kaggia comenzó una campaña terrorista de oposición al régimen de la Colonia. Se autodenominaron los 'Freedom Fighters', luchadores por la libertad. Celebraban secretas ceremonias de iniciación, ejecutaban a los que se negaban a unirse a su grupo y cometían asaltos para aprovisionarse de armas. Se valían de las las prostitutas que cobraban a los blancos sus favores sexuales a cambio de munición.
CONCIENCIA DE CONSERVACIÓN DE LA NATURALEZA
África, totalmente envuelto en esta preocupante situación repleta de conflictos, dio paso al nacimiento de una conciencia de conservación de la naturaleza, que hasta entonces sólo se había manifestado de forma aislada en figuras especialmente sensibles.
Frente a las masacres de la fauna realizadas sin contemplaciones por muchos colonos y visitantes de la época, incluidos Theodore Roosevelt y Ernest Hemingway, llegaron a plantearse el impacto de su actividad sobre la vida salvaje de África, intuyeron que los animales no durarían siempre e incluso llegaron a ser muy selectivos en sus disparos, denunciando las actitudes de los carniceros cuya única meta era recolectar la mayoría de la fauna salvaje durante sus cacerías. La Asociación de Cazadores, fundada en 1920, impuso normas restrictivas a la caza. Esto causó varias protestas de aquellos que seguían creyendo en la caza libre e inagotable. Meinertzhagen escribió acerca del sinsentido que suponía que criaturas poco más inteligentes que el elefante asesinaran a estos magníficos animales para jugar al billar con bolas fabricadas con sus colmillos.
APARTHEID
A lo largo del siglo XX, África pasó por varios conflictos, como por ejemplo el Apartheid, esto es, la situación racial en la que Sudáfrica se encontró a mediados del siglo XX. En ella, los blancos, aun siendo minoría en el país, se aprovecharon creando una política de segregación social, es decir, se creó una división entre las diferentes clases sociales, así como la racial, en la cual se determinó que los blancos iban  por un lado y, por el otro, los negros. Este sistema fue creado por el general Jan Smuts en el año 1929, con el claro propósito de la separación de ambas razas. El Partido Nacional (NP) introdujo el Apartheid en su programa electoral de 1948 y, tras su victoria, pasó a formar parte de la política gubernamental de la República de Sudáfrica hasta principios de la década de 1990.
El Apartheid, negaba a los negros de áfrica del sur los derechos sociales, económicos y políticos. Este sistema era controlado por los blancos de origen europeo, que creaban las leyes y gobernaban para el interés de la población minoritaria blanca. El Apartheid hizo que la población se dividieran en tres grupos; los mestizos, los blancos y los negros. A la población de raza negra se les impuso leyes, reglas y sistemas de control social. Entre esas medidas encontramos la prohibición de casamientos entre blancos y negros; la prohibición de  negros en determinadas áreas de las ciudades;  la prohibición a la población negra en la utilización de determinados servicios públicos como los baños o transportes públicos;  un blanco que entrase en un lugar debía ser atendido primero; la educación superior era prácticamente inaccesible para la mayoría de los negros; los negros  no tenían derecho a votar, excepto en las elecciones para instituciones segregadas, que no tenía poder; los hospitales fueron separados, los hospitales para blancos eran comparables a los del mundo occidental desarrollado y los hospitales de los negros, en comparación, tenían una grave falta de personal y de fondos públicos.
En 1952 Nelson Mandela organizó una campaña de desobediencia civil sin violencia con el fin de mejorar la situación de África respecto al apartheid, pero finalmente, sin éxito alguno, acabó encarcelado.
La finalización del apartheid, por un lado, fue producto de los cambios políticos que ocurrieron en Sudáfrica a finales de la década de 1980 y principio de la década de 1990. Por otro lado, sin el gran esfuerzo de Nelson Mandela que, sin duda alguna es símbolo de este país, la raza negra jamás hubiera avanzado en su situación de discriminación.
Para poder hablar sobre este tema, nos hemos informado en las siguientes páginas:
DESCOLONIZACIÓN
La descolonización de África es un proceso de independencia de las naciones africanas que principalmente tuvo lugar tras la Segunda Guerra Mundial. Hay tres circunstancias que provocaron en mayor parte la descolonización: el deseo de los pueblos indígenas a independizarse, la distracción europea por los asuntos mundiales y el resentimiento popular contra el racismo y la desigualdad.
Debido a que se llevaba a cabo la Guerra Fría, los países europeos tenían cierto temor a que las colonias africanas se pusieran de lado del comunismo como una salida para obtener su independencia, así que fueron muchas las colonias a las que se les permitió independizarse pacíficamente.
Como antes hemos mencionado, una de las mayores causas para este movimiento fue el profundo resentimiento de los africanos hacia los europeos, ya que estos los veían como una raza totalmente inferior.
Un punto importante en este proceso, es el papel de algunos líderes, que con la oportunidad de irse a estudiar al extranjero, obtuvieron una visión más amplia respecto a lo que estaba pasando. A consecuencia de esto, se llegó a la conclusión de que África fue una parte clave para ganar la Segunda Guerra Mundial, ya que las colonias ayudaban a los colonos a combatir a un enemigo desconocido.
Debido a la escasez del caucho y algunos materiales, las colonias tuvieron que redoblar esfuerzos y producciones y, a consecuencia, las ciudades se expandieron y la población se duplicó. El crecimiento social e industrial trajo más alfabetización y con ella los periódicos pro-independentistas.
Algunos países obtuvieron su independencia de manera pacífica, pero, por el contrario, otros tuvieron que hacer uso de las armas. A finales de la Segunda Guerra Mundial solo existían cuatro estados independientes en África: Egipto, Etiopia, Liberia y Unión Sudafricana. Treinta años más tarde, no quedaba ninguna colonia. Esta rápida descolonización sucedió, en gran parte, a causa de los movimientos independentistas asiáticos y por el Movimiento Panafricano. La rápida descolonización asiática influyó en la toma de conciencia de los pueblos de África.
Después de 1945 los intelectuales africanos comenzaron a dirigir la emancipación de África. En esta influyó la Conferencia de Bandung bastante y, sobre todo, la creación de la Organización de la Unidad Africana (OUA) en 1963. Los objetivos de esta organización son:
  • Reforzar la unidad y solidaridad de los estados africanos.
  • Coordinar e intensificar su colaboración.
  • Defender su soberanía.
  • Eliminar el colonialismo de África.
  • Favorecer la cooperación internacional sobre la base de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.
Las etapas más importantes de la descolonización se cumplieron entre 1956 y 1962; estos pocos años bastaron para terminar con una forma de dominación que llevaba establecida desde hacía ya casi un siglo.
En el Congo, dominio belga, sucedió uno de los procesos de descolonización más problemáticos.
Primero, la rápida huida de los colonos belgas dejó al país sumido en el caos; la sucesión de una de las provincias congoleñas, Katanga; el asesinato del líder independentista Lumumba; todo este conjunto de factores crea un ambiente de guerra civil en donde incluso llegan a intervenir tropas de la ONU.
La descolonización africana tendrá un carácter marcadamente distinto a la asiática. La falta de grandes núcleos de población homogénea en raza, cultura, religión, etc., va a propiciar los enfrentamientos tribales, las sucesiones de provincias y, en gran cantidad de nuevos países, unos tipos de dictaduras personales de los líderes más caracterizados, ante la imposibilidad de que se funcione con un sistema liberal o parlamentario.
MOVIMIENTO LITERARIO
En cada lugar de África, la literatura es totalmente distinta, pero hay algo que todas tienen en común: la literatura se utiliza para mostrar la realidad social. Con este trabajo pretendemos analizar la literatura africana precolonial, colonial y poscolonial con el fin de mostrar de qué manera se utilizaba la literatura para influir en la política.
La literatura precolonial principalmente se daba de forma oral, ya que en gran parte de África no se desarrolló un sistema de escritura, pero a pesar de que se compartiera la misma tradición de literatura oral, esta no ha sido igual en todo el continente.
Una característica de la literatura oral africana es el activo rol que el público desempeña durante la representación del poeta. El público participa con aplausos, bailes o el coro y, en ocasiones, incluso con la aportación de un rol crítico, esto es, el público escucha atentamente al intérprete, y en caso de que crean que comete un error a la hora de recitar, cortan la representación y  expresan algo como: “Siento diferir, pero eso no es correcto.” Cuando esto sucede, el intérprete se puede defender recurriendo a su propio conocimiento o sugiriendo que han de respetar su obra.
Es cierto que, como desventaja frente la literatura escrita, la literatura oral africana no proporciona la exactitud y preservación de la literatura escrita, pero tiene otras características que la hacen muy rica. En primer lugar, el autor tiene un público directo a diferencia del indirecto de la escrita, lo que le permite al autor expresar el mensaje sin la necesidad de muchas interpretaciones. En segundo lugar, la literatura oral es más dinámica y accesible para el público, puesto que en el siglo XX eran muchas las personas que aún no sabían leer. Finalmente, nos permite ver la realidad de África a través de los propios africanos.
Esta tradición nos muestra la forma de pensar de la sociedad africana. Por un lado, destaca el sentimiento de que la mujer pertenece al hogar y los hombres a las tareas duras y a veces son incluso las mujeres las que alimentan esta percepción. Por otro lado, nos expresa la dura situación que los nativos vivían a causa de los europeos.
En los últimos años de colonización africanas surgió la literatura poscolonial. La principal característica de este nuevo estilo es que se cambia la tradición oral por la escrita. Esta nueva tradición fue motivada por el hecho de que las élites sociales viajaran a Europa y Estados Unidos para así poder completar sus estudios.
Las principales lenguas en las que se desarrolla la literatura poscolonial son el inglés y el francés ya que Francia y Reino Unido eran los más permisivos en la educación de la población negra, a diferencia de los belgas, italianos, portugueses y alemanes, que la dura represión que emplearon dificultaron el nacimiento de escritores en sus colonias. Dentro de este nuevo estilo literario surgieron tres grandes corrientes literarias que responden a la realidad política del momento: la negritud, el feminismo africano y la escritura de protesta.
La negritud toma lugar en el área que está habitado por población de habla francesa de África, especialmente en Senegal, aunque su éxito fue tal que influyó en escritores negros en Francia y en las dependencias francesas en las Antillas: Martinica y Guadalupe.
Mediante este movimiento se busca mostrar que el ser negro no es una cuestión para sentir vergüenza, sino todo lo contrario. Esto lo podemos ver en el propio nombre de la negritud ya que en francés, “négre” es una forma despectiva de referirse al negro, y los escritores de la negritud están tan orgullosos de ser negros que usan este nombre para su corriente. A causa de esta reivindicación del negro y el sentimiento de orgullo, nace el sentimiento de orgullo nacional de los negros.
De esta manera, vemos que las novelas y poemas inspiradas en el movimiento de la negritud, con toda la carga filosófica que incluían, sirvieron para darle a la raza negra una razón por la cual sentirse orgullosos de sus orígenes, ver que no son peores que el hombre blanco y que pueden ser libres. El sentimiento de buscar dar poder a la población minoritaria negra, influyó en otros movimientos como el feminismo y la liberación. Por tanto, la negritud es un movimiento que exalta los valores de los pueblos negros, es la base ideológica que impulsará el movimiento independentista en África.
Como antes hemos dicho, otra de las corrientes literarias que surge en África en el siglo XX es el feminismo africano, mediante el cual se busca dar importancia a la mujer en la sociedad en la que la mujer se encuentra a un segundo plano. Esta corriente feminista presenta una serie de diferencias con el feminismo occidental como que en occidente buscan dar poder y la libertad a “la mujer” y, en cambio, el feminismo africano busca lo mismo pero no de la mujer, sino del conjunto de mujeres. El feminismo africano se enfrenta al reto de luchar en contra del machismo de muchos pueblos africanos y, asimismo, tiene que luchar en contra de los muchos prejuicios que tiene las feministas occidentales, puesto que su manera de actuar frente al machismo no es la misma.
Como hemos visto antes, la negritud fue el movimiento representativo de la literatura africana francófona (la parte en la que se hablaba francés), la escritura de protesta es lo mismo del área de habla inglesa.
La escritura de protesta se desarrolla a mediados de los años 60 cuando prácticamente todos los países de África ya eran independientes. Este movimiento cambia el enfoque de la crítica hacia el hombre blanco, ya que a partir de este momento comenzarán a criticar al propio hombre negro y los desastres que está realizando en las recién formadas repúblicas. Se exalta la corrupción, el despotismo, la ingobernabilidad y la ignorancia de los nuevos líderes del continente. Así, a través de las novelas, se busca que todo el mundo vea y entienda la nueva realidad africana.
Como ya sabemos la literatura es el espejo de la sociedad y, en el caso de África nos ayuda a ver la forma en la que los africanos viven día a día, desde las sociedades tradicionales que utilizan la literatura oral como forma de expresión hasta los movimientos más actuales, como lo pueden ser los escritores que buscan retratar la corrupción que se vive en general por todo el continente. También gracias a la literatura podemos apreciar que situación sufrió la raza negra y, asimismo, la discriminación que las mujeres tuvieron que soportar de mano de los hombres de su misma raza.
Para poder informarnos sobre la literatura Africana de África hemos acudido libro titulado “Literatura Africana Historia, política, economía y cultura de África “escritor por Álvaro Quintero Casillas.
AUTORES
JOHN MAXWELL COETZEE
John Maxwell Coetzee nació en Ciudad del Cabo el 9 de febrero de 1940. Fue un escritor sudafricano que escribía en su lengua materna, el inglés. Cuando tenía tan solo ocho años, su familia se trasladó a Worcester, Karoo, una zona casi desértica. Allí transcurrió su infancia.
Tal y como se menciona en Biografías y vidas, este autor nunca tuvo demasiado clara su identidad étnica: en su familia inmediata se hablaba el inglés, pero con otros parientes pesaba más el lado afrikáner, a pesar de que Coetzee se sintiera muy alejado de su cultura. Su filiación religiosa no fue más diáfana, pues su familia no era practicante, y a la confusión del niño se añadió el hecho de crecer con compañeros protestantes, católicos y judíos.
Su padre era abogado y, en casa, una figura cuya autoridad no siempre era bienvenida. Con su madre, profesora de escuela, sucedía algo muy distinto: el niño Coetzee desarrolló frente a ella un fuerte sentimiento de solidaridad, de mutuo apoyo, pero también de repulsión y de culpa, que luego se vería reflejada en sus obras como Infancia en la que cita «Él desearía que se comportase con ella como lo hace con su hermano», «Sabe que se pondría furioso si ella comenzara a protegerlo constantemente».
En 1961, terminó sus estudios de lengua y literatura inglesa y de matemáticas; y viajó a Londres con la intención de hacerse escritor. Al cabo de dos años subió a bordo de un barco italiano rumbo a Estados Unidos. Para ser precisos, Texas. Lo que él no sabía era que esto iba a marcar su carrera.
Como hemos podido leer en un artículo dirigido a Coetzee de la revista Letras Libres, en su estancia en Texas, escribió una disertación doctoral sobre la obra de Samuel Beckett, Watt; basándose en los cuadernos que Beckett había escrito mientras se escondía de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Este descubrimiento lo marcaría para siempre, y Beckett se convertiría en una de sus influencias más notorias.
Por otro lado, una de las cosas que más marcó su antes y después fue el descubrimiento de las monografías del etnólogo alemán Carl Meinhof acerca de lenguas sudafricanas que llevó a nuestro escritor a retroceder en el tiempo hasta encontrar los inventarios lingüísticos hechos por antiguos viajeros y misioneros que le llevaría a escribir su primera obra; Dusklands.
En 1968, cuando se mudó a Buffalo para trabajar como profesor en la Universidad Estatal de Nueva York, Coetzee comenzó la redacción de una especie de genealogía o memoria familiar. El texto acabó por convertirse en su primera novela: Para cuando la publicó, en 1974, ya había abandonado Estados Unidos, y llevaba dos años ejerciendo como profesor en la Universidad de Ciudad del Cabo. Ese puesto ocuparía la siguiente década de su vida.
Dejó su puesto como profesor en la Universidad estatal de Nueva York para volver a su tierra natal, Ciudad del Cabo, en la que seguiría impartiendo lecciones. Durante ese tiempo, Coetzee escribió y siguió publicando con una regularidad y, en 1977, publicó En medio de ninguna parte; cuya repercusión fue extraordinaria y fue premiada con el Premio CNA, el más prestigioso del mundo literario sudafricano.
Gracias a las múltiples intervenciones en el blog de Solo Libros, podemos afirmar que en las obras de Coetzee siempre se refleja la realidad social sudafricana, el apartheid… pero al mismo tiempo en la obra, En medio de ninguna parte, mediante la figura de una mujer que vive en el desierto, refleja su pasado, esa sensación de aislamiento en la dureza del desierto, su país.
La información sacada de Lecturalia, una red social sobre la literatura, afirma que unas de sus obras más significantes fueron Esperando a los bárbaros (1980), Vida y época de Michael K (1983) y Foe (1986). En las dos primeras, Coetzee ahondó en la condición de su país, enfatizando en uno de los conflictos más significativos en el Siglo XX en África: la culpa de los blancos colonizadores y su posible expiación, el aparheith. Por otro lado, Coetzee, en sus múltiples obras, hace referencia a la figura de la mujer en su país. Como hemos podido leer en el blog Un libro al día, Foe, Coetzee revisitaba el mito de Robinson Crusoe, desde el punto de vista de una mujer pero de un modo simbólico mediante el cual hace una metáfora de la que bien podría ser la situación política y social actual de las mujeres en África y en especial, la discriminación que sufrían las mujeres negras.
Como hemos podido comprobar con los ejemplos mencionados anteriormente, Coetzee mantenía una relación directa con los personajes, su pasado y la situación y conflictos a los que se estaba enfrentando su país en aquel instante.
Coetzee ganó premios como El Premio Fémina de novela extranjera de 1985 y el Premio Jerusalén de 1987 que confirmaron que Coetzee podía ser leído fuera del ámbito del colonialismo anglosajón. Pero lo que de verdad pretendía este autor no era tener éxito, sino que lo que más le preocupaba era producir una literatura comprometida con su tiempo y conflictos de “su África”.
Otra de sus obras a mencionar es Desgracia, novela con la que ganó en 1999 su segundo Premio Booker. La década de los noventa fue para Coetzee la década de la autobiografía, la época realista. Un libro al día menciona que, Desgracia, cuenta la historia de un padre y una hija que son víctimas de la balanza de poder que está cambiando en Sudáfrica tras la abolición del apartheid. En, Pliego suelto, hemos podido leer que, la novela se contextualiza a principios de los noventa cuando se votaba el desmantelamiento de las leyes del Apartheid. Sudáfrica intenta recuperarse de este oscuro bache social y los habitantes sufren como resultado de esos grandes desajustes. Lucy, la protagonista, se enfrenta al maltrato, producto de todo un pasado prolongado de discriminación social, pero, a medida que la novela va avanzando, se entrega completamente a su destino, tragando el miedo y la indignidad y evolucionando tanto personal, como socialmente. Mediante esta obra, Coetzee vuelve a reflejar la situación a la que se está enfrentando su país.
Como sus libros, Coetzee ha hecho del aislamiento un valor. Su vida de novelista se ha mantenido al margen de los círculos sociales de la literatura; Coetzee escribe y trabaja en privado. Desde esa perspectiva, ha llevado a cabo una carrera repleta de obras pertenecientes a la literatura postcolonial, pero desde un punto de vista un tanto peculiar: el suyo como hombre blanco en el territorio del apartheid, pero felizmente mezclado con la experiencia de su país, Sudáfrica, la crítica literaria y el compromiso político al que se enfrentan los novelistas de territorios conflictivos.
Basándonos en Nuvelo, podemos afirmar que, Coetzee, a través de lo que parece un argumento simple, trata temas como el machismo, la discriminación, la influencia social, el dolor, la soledad, y sobre todo, el vacío existencial. Lo bueno, es que no hay reflexiones filosóficas interminables, sino que todo queda en lo no escrito. Toma ese pedazo de las vidas de los protagonistas donde todo cambia, y nos hace entender sus sentimientos haciéndonos reflexionar sobre la vida en África.
Pocos autores tienen la virtud de dejar ese sabor amargo en las líneas finales, que continúan resonando por un tiempo después de la lectura y hace que te sitúes en la realidad.
TONI MORRISON
Apoyándonos en la información recogida en Biografías y vidas, hemos podido informarnos sobre una autora que, a pesar de no pertenecer a la cultura africana, empatiza con esta y defiende lo que, bajo su punto de vista, considera justo. Se trata de la escritora estadounidense premiada con el premio Nobel de literatura en 1993, Toni Morrison o también conocida con su nombre original, Chloe Anthony Wofford; una mujer, negra y que escribe sobre minorías. Nació en Lorain (Ohio), y estudió en la Universidad de Howard. Creció durante los años de la Gran Depresión, en el seno de una familia pobre y muy unida. Esto tendrá una gran repercusión es su forma de escribir y en los temas que tratará la autora durante su carrera. Desde muy niña dio muestras de una notable inteligencia y en 1949 ingresó en la universidad, donde se interesó por el teatro y se incorporó a un grupo de teatro universitario. Morrison realizó un curso de posgrado de literatura inglesa en la Universidad de Cornell, en 1955; después dio clases en las universidades de Texas y de Howard. Durante sus años en Howard, Morrison empezó a escribir narrativa. En 1964, dejó la enseñanza para trabajar como editora literaria para la editorial Random House de Nueva York.
Toni Morrison ha publicado nueve novelas, un par de libros para niños, un cuento, cuatro libros de ensayos sobre la marginalidad y la negritud, un buen número de artículos sobre temas semejantes. Toni Morrison escribe con el fin de que las minorías, como pueden ser las mujeres, la raza negra, etc., sean por fin escuchadas y tengan un medio por el que puedan reivindicar sus derechos y las injusticias a las que son sometidas. Como hemos podido leer en un artículo publicado por Letras Libres, Toni Morrison fue una escritora que, mediante sus novelas, quería defender las ideas que hemos mencionado en el párrafo anterior. Su objetivo era modificar esta situación de la presencia femenina dentro de la tradición literaria africana; a pesar de que, para ella resultará una labor doblemente difícil, ya que nos remitimos a la mujer escritora afroamericana, con experiencia y cultura desconocidas. Esta autora, defiende el feminismo desde un punto de vista un tanto peculiar. Por una parte, defiende la idea de que, la mujer, por el hecho de ser mujer, tiene unos derechos; pero, a la misma vez, debe hacer frente a unas obligaciones, como el vivir por y para el hombre.
En 1970, publicó su primera novela, Ojos azules, que resultó una auténtica revelación. En ella examina los trágicos efectos de la imposición de la raza blanca en la clase media mediante la figura de una joven afroamericana desarrollándose en medio de distinciones raciales que afectaban a la población negro durante la década de los 40 con el fin de encontrar el amor y la aceptación de un mundo que niega a la gente de raza negra.
Gracias a la información adquirida por la tesis presentada por la facultad de filología inglesa de la Universidad Complutense de Madrid, Toni Morrison establece como una de sus principales estrategias narrativas el análisis de la compleja relación entre raza, género y clase social como elementos determinantes en la identidad de la raza negra. La condición de la mujer negra como parte más vulnerable de la comunidad recreada por la autora refleja, de forma especial, la situación de los negros dentro de la sociedad y los efectos que los valores asignados a la raza, el género y la clase social tienen sobre ellos.
Por otro lado, otras de las ideas en las que la autora pone un especial énfasis, es el feminismo. Los personajes femeninos de Morrison ofrecen una visión del mundo que establece un modo de vida alternativo, no delimitado por jerarquías de clase o poder. La búsqueda del bienestar de la comunidad y la cohesión del grupo, serán dos de los principios que la autora defiende para lograr acabar con la discriminación existente y forjar una identidad que rompa con cualquier barrera social.
En 1973 apareció Sula; una novela que relata una historia situada en una colina de Ohio que es habitada por una comunidad fundamentalmente negra, pobre y desesperanzada. Como hemos leído en el blog Un Libro Al Día, en Sula encontramos algunas de las preocupaciones esenciales que atraviesan la mayor parte de las obras escritas por esta autora: la condición de los negros, y en especial de las mujeres negras, la discriminadas por la sociedad y por el Estado, abandonadas y maltratadas por los hombres, tanto blancos como negros; alejadas de la educación y condenadas a cuidar de sus hijos de la mejor manera que saben. Se trata de una obra muy personal ya que, la autora, crea una relación muy cercana con los personajes y refleja su postura ante esta injusticia.
Publicó obras como, La canción de Salomón en 1977; La isla de los caballeros, 1981; Beloved en 1987 y, en 1992, Jugando en la oscuridad y Jazz. Jazz habla de la vida de los negros, especialmente de las mujeres negras, y ensalza a esta comunidad combinándolas con un carácter compasivo y el uso de un lenguaje poético. Basándonos en un libro escrito por Laura Voccaro titulado Premios Nobel de literatura: una lectura crítica, podemos afirmar que, Toni Morrison se inspiró en un trauma racial para escribir esta novela. Sus protagonistas son un grupo de negros pertenecientes a familias destruidas. Se ambienta en un Estados Unidos donde el negro no tenía valor, sino es la fuerza de trabajo. Por esta última obra, Morrison fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura.
Os podéis preguntar por qué hemos elegido esta autora si nuestro trabajo va sobre la literatura en el continente africano; pero la verdad es que resulta muy complicado encontrar información sobre autores de este continente pertenecientes al siglo XX por su bajo nivel de alfabetismo y los escasos documentos que podemos encontrar de aquella época. A pesar de ello, hemos podido encontrar muchos autores de otros continentes del mundo que, por una razón o por otra, sienten una gran compasión por la raza negra y la tierra de África.  A consecuencia de su experiencia personal como escritora, mujer y negra, Toni Morrison refleja la situación social y racial a la que se enfrenta la raza negra, en especial las mujeres, durante el siglo XX. Por lo que, después de toda esta reflexión, podemos afirmar que, la situación, la cultura y las raíces tiene una gran repercusión en la literatura; empujando a los autores a reflejar el mundo que los rodea.
CONCLUSIÓN
A diferencia de Europa, donde claramente podemos ver una evolución social con el transcurso de los años, en África no es tan evidente. Esto es porque, a lo largo de este siglo, África comienza a dar sus primeros pasos en el desarrollo de su literatura. Pasa de ser pasajera, oral, de la que no hay tantas evidencias, a ser una clara reivindicación de los derechos de los habitantes de este país, con especial énfasis en la raza negra.
Todo esto comienza a desarrollarse a principios del siglo XX, con la invasión de los colonos. Con ella no solo pierden su tierra natal, sino que va mucho más allá. Los europeos invadieron sus tierras, y se apoderaron de todos sus bienes. Los gobiernos coloniales ejercieron sus funciones al menor costo posible: mantuvieron el orden, recaudaban impuestos, obligaron a los nativos a trabajar y, aun siendo los colonos la minoría, administraron la ley. Ligado a esto, encontramos uno de los problemas más graves a los que se enfrentan los africanos: la imposición de la cultura europea frente a la suya propia, la africana.
La colonización provocó que la inmensa minoría del continente optara a una educación a la que hasta ahora no habían tenido la ocasión de asistir, puesto que este continente sufría de un gran analfabetismo. De esta manera, la literatura se vio directamente afectada.  Gracias a los conocimientos adquiridos por la influencia de la educación europea, la literatura nativa pasó de ser oral a escrita. Este hecho impulsó a literatura africana, es decir, es a partir de este momento cuando la literatura es acogida con más interés.
Hemos tenido grandes dificultades para encontrar autores que realmente reflejen la situación de África en aquel entonces, ya que la invasión colonial prohibía la publicación de muchas obras. La publicación de una obra denunciando o manifestándose en contra del gobierno colonial tenía grandes repercusiones y, es por esto por lo que no fueron muchos escritores africanos los que tuvieron la valentía de rebelarse. A pesar de esto, encontramos novelas de muchos escritores extranjeros que empatizan con el continente de tal manera que llegaron a sentirse parte de este país.
Un claro ejemplo es Adam Hochschild, escritor e historiador estadounidense que, después de pasar un verano trabajando en un periódico anti-apartheid en Sudáfrica, publicó su novela titulada El fantasma del rey Leopoldo; en la que narra la historia de un hombre avaricioso, quien, obsesionado por el deseo de una colonia, oculta sus intenciones reales mediante un complejo montaje de intrigas políticas, corrupción y propaganda. Lo que el autor trataba mediante este libro era sacar a la luz los crímenes cometidos por los gobernantes blancos de África.
Entre las ideas centrales de Frantz Fanon, un autor Francés muy unido a la colonización de la cultura africana, podemos encontrar ideas como la imposición y absorción de culturas o ideologías dominantes. A causa de la imposición de la cultura de los colonos, la discriminación hacia la raza negra y la explotación sufrida, se desarrolló un sentimiento nacionalista el cual causará gran repercusión en la literatura. En sus obras se reflejará un sentimiento de orgullo y defensa hacia sus orígenes.
A raíz de este sentimiento nacionalista, surge un movimiento literario denominado como “Negritud”, mediante el cual se busca mostrar que el ser negro no es una cuestión para sentir vergüenza, sino todo lo contrario.  Este grupo de escritores se siente orgulloso de formar parte de la cultura negra, y más aún de pertenecer a su tierra, África. Entre estos encontramos a Léopold Sedar Senghor poeta, ensayista, filósofo y primer presidente de Senegal. Estas fueron sus palabras cuando, en una entrevista para el círculo de poesía, le preguntaron sobre en qué espacio cultural se sentía: “La geografía y la historia me arrancaron de mi pueblo natal a los siete años y se me hizo el hábito de pensar y escribir en francés. Sin embargo, a los treinta años quemé todos los poemas que había escrito hasta entonces. Me dispuse a aprender nuevamente mi lengua materna y a seguir la escuela de los poetas populares de mi pueblo, aquellos a quienes llamo “las tres gracias”. Es gracias a ellos que, en el momento en que escribo en francés, las imágenes analógicas, la melodía y el ritmo “llegan” desde las profundidades de la negritud. Se lo he dicho, y no sin razón. Escribo en francés pero siento, veo y pienso en negroafricano. Me he vuelto un mestizo cultural.
La negritud es un movimiento que exalta los valores del pueblo negro, es la base ideológica que impulsará el movimiento independentista en África. Este sentimiento de buscar dar poder a la población minoritaria negra, influyó en otros movimientos como el feminismo y la liberación.
Toni Morrison, fue una escritora que, mediante sus novelas, quería defender las ideas que hemos mencionado en el párrafo anterior. Su objetivo era modificar esta situación de la presencia femenina dentro de la tradición literaria africana; a pesar de que, para ella resultara una labor doblemente difícil, ya que nos remitimos a la mujer escritora afroamericana, con experiencia y cultura desconocidas. Esta autora, defiende el feminismo desde un punto de vista un tanto peculiar. Por una parte, defiende la idea de que, la mujer, por el hecho de ser mujer, tiene unos derechos; pero, a la misma vez, debe hacer frente a unas obligaciones, como el vivir por y para el hombre.
La actitud de denuncia de estas autoras africanas no era compatible con la del feminismo occidental ya que las africanas rechazaron al feminismo de orientación occidental, al considerar que éste no respondía a las necesidades de la mujer africana.
Nos encontramos ante muchos puntos de vista distintos sobre el feminismo. Apoyándonos en un libro escrito por Verónica Pereyra y Luis Mora, titulado, Las voces del arcoíris, donde recogen más de 30 textos de diferentes autoras africanas, podemos comparar la ideología y actitud que adoptan estas mujeres ante este tema. Los posicionamientos de estas ofrecen distintas perspectivas sobre este tema. El feminismo de Ama Ata Aidoo le hace decir: "El más tonto de los hombres vale siempre más que una mujer”.
Esta exigencia de sumisión y obediencia para las mujeres queda claramente descrita en las palabras que la senegalesa Aminata Maïga Ka retrata en su obra. Cuando a una joven africana le llegaba el momento de contraer matrimonio, estas palabras eran las más comúnmente dadas por parte de sus padres: "Sé sorda, ciega y muda, es el secreto de la felicidad. Aprende a medir tus palabras cuando te dirijas a él. Toda tu voluntad debe tender a darle toda satisfacción. Solamente así los hijos que nazcan de vuestra unión accederán a la capa más elevada de la sociedad". A causa de esta tradición ellas mismas acababan creyendo que estas últimas palabras por parte de sus padres eran verdad, que para ser felices debían de vivir en una absoluta sumisión.
Entre otros de los autores que defendieron el feminismo encontramos a Coetzee, que, en sus múltiples obras, hace referencia a la figura de la mujer en su país. Como hemos podido leer en el blog Un libro al día, en su obra titulada Foe, Coetzee revisitaba el mito de Robinson Crusoe, desde el punto de vista de una mujer pero de un modo simbólico mediante el cual hace una metáfora de la que bien podría ser la situación política y social actual de las mujeres en África y en especial, la discriminación que sufrían las mujeres negras.
A parte del sentimiento feminista que Coetzee refleja en sus obras, también plasma la realidad social sudafricana. Como sus libros, Coetzee ha hecho del aislamiento un valor. Su vida de novelista se ha mantenido al margen de los círculos sociales de la literatura; Coetzee escribe y trabaja en privado. Desde esa perspectiva, ha llevado a cabo una carrera repleta de obras pertenecientes a la literatura postcolonial, pero desde un punto de vista un tanto peculiar: el suyo como hombre blanco en el territorio del apartheid, pero felizmente mezclado con la experiencia de su país, Sudáfrica, la crítica literaria y el compromiso político al que se enfrentan los novelistas de territorios conflictivos.
El Apartheid fue el acontecimiento histórico que marcó un antes y un después en la literatura africana. Se define como la situación racial en la que Sudáfrica se encontraba a mediados del siglo XX. Los blancos, aun siendo minoría en el país, se aprovecharon creando una política de segregación social, es decir, se creó una división entre las diferentes clases sociales, así como la racial, en la cual se determinó que los blancos iban  por un lado y, por el otro, los negros. Este suceso vino ligado a la colonización de los países europeos y terminó en la década de los 90 con la intervención de personas como Nelson Mandela, quien veló por los derechos de la raza negra. Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los hombres negros sudafricanos y fue gracias a él por lo que, finalmente, los negros fueron escuchados y comenzaron a hacer algo para cambiar la situación social en la que vivían en aquel entonces.

Coetzee abordar temas con una importante carga política como la raza. Asimismo, expone los traumas del país y de las persona.  Es capaz de explorar cuestiones de propiedad, la violencia y la idea de una civilización libre de problemas.
A partir de los años 1960, un grupo de escritores conocido como los Sestigers, explicaron las angustias y los conflictos de los africanos.  Estos, ponen en entredicho el apartheid por medio de sus obras literarias y entre ellas destaca la siguiente: The Dialectical Tradition in South Africa.
Nadine Gordimer o también conocida como La gran dama de la literatura de Sudáfrica fue la primera autora africana en ser galardonada con el premio nobel de literatura en 1991 por su obra La historia de mi hijo. En sus libros trata los conflictos interétnicos y el apartheid. En su última obra, No Time Like the Present publicada en 2012, muestra la actualidad de Sudáfrica a través de la vida de una pareja de antiguos militantes antiapartheid, siempre con el fin de reflejar a la situación a la que la raza negra se enfrenta día a día.
La última etapa del siglo XX es la descolonización, que se hizo posible gracias a las siguientes razones: el deseo de los pueblos indígenas a independizarse, la distracción europea por los asuntos mundiales y el resentimiento popular contra el racismo y la desigualdad.
Como ya sabemos, la literatura es el espejo de la sociedad y, en el caso de África, nos ayuda a ver la forma en la que los africanos viven día a día, desde las sociedades tradicionales que utilizan la literatura oral como forma de expresión, hasta los movimientos más actuales, como lo pueden ser los escritores que buscan retratar la corrupción que se vive en general por todo el continente. También gracias a la literatura podemos apreciar que situación sufrió la raza negra y, asimismo, la discriminación que las mujeres tuvieron que soportar de mano de los hombres de su misma raza.
Gracias a todo lo que hemos mencionado anteriormente, esto es, las repercusiones que tuvo la colonización, el nacimiento del sentimiento nacionalista, el feminismo africano y el apartheid,  podemos afirmar que, tanto el contexto histórico, como la cultura, el sexo y la raza… son factores que afectan directamente a la literatura. El objetivo de los grandes autores es, mediante la vida de sus protagonistas, hacernos reflexionar sobre la vida. Un buen libro es aquel que, a pesar de que se haya escrito en un país, situación o contexto distinto al nuestro, nos resulte útil en diferentes momentos o etapas de nuestra vida. Nos podemos llegar a sentir identificados con las situaciones a la que los distintos protagonistas se enfrentan y, después, llevar estas lecciones a nuestra vida cotidiana. En definitiva, aprendemos de la evolución que otros países han sufrido, para así mejorar nuestro presente y procurar que el futuro sea mejor que el pasado.
Creemos que no podíamos acabar de otra manera que creando una unión de este tema con la asignatura de literatura universal y para ello, nos hemos apoyado en una tesis publicada por John Marshall Coetzee:
“La virtud que tienen de dejar ese sabor amargo en las líneas finales, que continúan resonando por un tiempo después de la lectura y hace que te sitúes en la realidad.”
Ana Gómez Coronado, Estepan Goiti, Pablo Santurde, Candela Zabala


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